Nací en la pampa húmeda de Argentina, donde el paisaje es 50% suelo y 50% cielo, porque el horizonte es una línea recta e infinita, donde las ciudades de Buenos Aires y Rosario “siempre estuvieron cerca”. Luego de la infancia viví en los paisajes de la Patagonia, entre lagos, ríos, desiertos, valles y montañas, en el extenso espacio que une la Cordillera de los Andes con el Océano Atlántico; donde el horizonte también es infinito pero su línea se estira, se curva y se quiebra. Me formé como diseñador en la ciudad de Córdoba, allí sigo creciendo junto a una gran mujer y nuestras 2 hijas, donde los horizontes convergen en el centro geográfico del país.